
Por fin, después de mucho tiempo soñando con pisar suelo británico, visité Londres durante las últimas vacaciones de Semana Santa, y la verdad es que no me pudo gustar más.
Me enamoré de la ciudad al día siguiente de nuestra llegada, en cuanto vi a la luz del día las pequeñas casitas de aire victoriano de la calle de nuestro hotel, y ese amor fue creciendo poco a poco al ver el Big Ben y el Parlamento hasta llegar a casi llorar al entrar en la abadía de Westminster y ver las tumbas de todos esos escritores ingleses con los que llevo cuatro años conviviendo.
Londres me ha conquistado de verdad, y por eso quiero compartir con vosotros todos esos lugares que han hecho que este viaje a la capital británica haya sido tan especial. Aquí un resumen de cómo apañárselas para descubrir (y enamorarse de) Londres en 4 días...